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A veces tan solo necesitamos un pequeño impulso. Algo, cualquier cosa que nos haga despegar y entre las nubes volar. Que nos enseñe que la vida también sabe a sonrisas, a esperanzas, a abrazos, a miradas... Que la vida es también maravillosa. Que te pertenece, que es tuya. Que a veces no todo tiene que ser gris y triste. Que los errores pasados no se deben olvidar, se deben aceptar. A veces necesitamos a esa persona especial, que con solo una mirada lo dice todo. 

A veces solo necesitas a tus amigos. Esos extraños seres que te preguntan cómo estás y esperan a oír la contestación. Ellos que son esos idiotas que siempre nos sacarán una sonrisa. Ellos que nos hacen sentirnos especiales, únicos y geniales. Ellos que son esa panda de lo locos a los que quiero con locura. Ellos que me apoyan cuando no queda nadie más. Ellos que ante una dificultad me ofrecen su mano para no tropezar. Ellos, mis verdaderos amigos. Mi norte y mi sur. 
Gracias por todo lo que me dais, por ser como sois, verdaderos, fuertes, estupendos, imparables. Gracias por vuestra permanente e incondicional sonrisa. Gracias por todos los recuerdos que se han hecho inolvidable por vuestra presencia. Gracias por ... Todo.