Hay una constitución del Concilio, la más
importante, que se llama Lumen Gentium. La Iglesia aparecerá en el mundo como
la luz del mundo. Está desapareciendo la cristiandad. Las naciones
católicas como era España, de toda la vida o Francia. Pensad que en estos
momentos en Francia el 50% de los franceses no están bautizados, en España el
35. Son ya gobiernos completamente laicos. O sea aparece una nueva forma
de vivir la Iglesia. Y en esta nueva forma de vivir la Iglesia nos unimos a los
primeros siglos de la Iglesia. Cuando la Iglesia se encontró en medio de un
mundo pagano. Todo el mundo que rodeaba era pagano. La Iglesia aparece con
pequeñas comunidades cristianas en el mundo.
Los apóstoles eran apóstoles itinerantes
como Pablo y Sidas. Iban primero de sinagoga en sinagoga anunciando la
Buena Noticia. Vinieron a estas tierras sin nada, hablando a las
parroquias de que era necesario un camino de renovación en la Iglesia. No
podíamos continuar con cristianos de misa de domingo, de cumplimiento. Cumplo y
miento. No era posible. No se puede seguir así. Es necesario cristianos
auténticos que sepan dar al mundo realmente la belleza, la grandiosidad de lo
que ha venido a hacer Jesucristo.
Jesucristo ha venido a darnos una
nueva vida., la vida eterna dentro de nosotros. Quien tiene vida eterna dentro.
Pero esa vida eterna no es una conquista nuestra, de nuestros puños, es un don,
gratis. La fe es un don gratuito, es una virtud sobrenatural. Dice el catecismo
de las Iglesia Católica, la fe, la esperanza y la caridad. Las tres
virtudes teologales son virtudes sobrenaturales. Ninguno se puede dar la
fe a si mismo.
La fe viene por la predicación. Dios envía
apóstoles sin alforja, sin bolsa, sin nada, como los últimos de la
tierra. Id por todo el mundo que yo estoy con vosotros. Y estos
apóstoles anuncian una Buena Noticia, la misma que vosotros habéis recibido en
vuestras parroquias. Las mismas que los hermanos que estaban en la cárcel. Me
han dicho que están aquí presente la comunidad neocatecumenal que está en la
cárcel, han recibido una noticia, una noticia. Dios conoce tu
sufrimiento, tu esclavitud, nuestro egoísmo, nuestro problema, lo que nos pasa
dentro. ¿Qué nos pasa dentro? Pues lo sabemos ya, que el hombre se ha hecho el
Dios de sí mismo. Cuanta gente hay que vive la vida siendo él, él que dirige su
vida, con su inteligencia, con su cultura. Porque el demonio ha invitado al
hombre a dejar a Dios de un lado y a ser el Dios de sí mismo.
De forma que el hombre que abandona a Dios
vive la vida desde una cosmogonía en que su yo es lo único que importa, su
felicidad, su yo. Y eso se llama el pecado que habita en el hombre y que la
Iglesia llama pecado original.. Y que todos hemos recibido, todos hemos vivido
así. Yo era un pintor, un artista, he dejado la Iglesia, no me interesaba nada,
me parecía absurda la Iglesia, el Vaticano y las parroquias. Y fui ateo
completamente. Dice San Pablo que el hombre que se separa de Dios y se hace
Dios de si mismo le sucede una cosa, que vive todo para sí mismo. Por eso dice
San Pablo que Cristo murió para todos los hombres y porque murió. ¿Para qué
murió para todos los hombres? Para que los hombres no vivan más para sí
mismos. O sea que para San Pablo, según la antropología de San Pablo,
antropos significa el concepto del hombre, que es el hombre. Según la
antropología de San Pablo todo los hombres están como condenados a vivirlo todo
para sí mismos, para su propia felicidad. En todo buscan el éxito, el dinero,
ser amados, ser queridos, ellos, el yo, su yo. Viven para sí mismo.
Esto que parece una cosa normalísima, es
una condenación, es una esclavitud, porque dice San Pablo que la Verdad es una
sola. El hombre ha sido creado para amar, para darse. Dios es amor y eso lo
sabe el hombre. El pecado no ha destruido este concepto, todo hombre sabe
que ayudar a los demás es la verdad. Todos los hombres: comunistas o no
comunistas, ateos o cristianos. Todos lo sabemos. El problema cual
es dice San Pablo que queriendo hacer el bien es el mal el que se me
presenta, me encuentro que soy un egoísta, que todo lo hago por dinero, que
envidio, que murmuro, que juzgo. ¿Qué me sucede? ¿Por qué? ¿Qué me sucede? Dice
San Pablo quien me librara de este cuerpo que constantemente me obliga a hacer
lo que no quiero hacer. Y si hago lo que no quiero, quien lo hace? Dice la
escritura: El pecado que habita en ti. Ese pecado que hemos heredado de querer
ser nosotros dioses nosotros de todo. El pecado que habita en nosotros
dice la escritura nos obliga a ofrecernos a nosotros mismos todas las cosas. Yo
cuando era artista quería ser pues eso, éxito, dinero, me gustaba la mujer de un
amigo, las mujeres, todo lo hacía en función mía. Pero decía antes que esto es
como una maldición, porque aunque tengas éxito, porque aunque hagas millones,
aunque tengas un yate y una isla o lo que te dé la gana, no estás de verdad
satisfecho, no eres verdaderamente feliz, porque no te puedes dar, no sabes que
te pasa, no puedes amar.
¿Y por qué no podemos amar? Pues porque
tenemos la muerte dentro dice San Pablo. ¿Qué muerte? El demonio le dice
a Adán, es una forma de explicar, un concepto de lo que le pasa al hombre. El
hombre que se separa de Dios. El demonio le dice al hombre. ¿Pero por que
tienes tú que obedecer? Dios ha dicho que no comas de ese árbol. ¿Pero quien ha
dicho que eso es la verdad? ¿Por qué no vas a comer de ese árbol? A no es
que dice que si como moriré. Y le dice el demonio. ¡Qué vas a morir hombre! Es
que Dios sabe que el día que comas, que el día que tú hagas tu
experiencia propia, que experimente por ti mismo el pecado o sea que
experimentes por ti mismo, serás como él, conocerás el bien y el mal, y no
tendrás necesidad de que nadie te enseñé nada, tú serás dios de ti mismo, esto
viene el hombre invitado a ser: El dios de sí mismo.
Pero hay un problema como sabéis, que el
hombre, aunque si el mundo no lo sabe conceptualizar, ¿la realidad cual es? Esta.
Que si de verdad yo me separo de Dios, Dios no existe, el demonio me ha dicho
que Dios es un monstruo, es un envidioso, me limita con las tablas de la ley,
no hagas, no toques. ¿Qué es esto? ¿Qué significa esto? Decía Nietzsche: Romped
las tablas, romped las tablas. Todo el nihilismo moderno, cuanta gente en las
universidades europeas han seguido a Nietzsche. Romped las tablas. Como
diciendo: hazte libre de dioses y de religiones. Rompe las tablas. Pero si
entonces si Dios no existe ¿Que sucede? Pues que las raíces más profundas
de mi ser persona, lo que a mí me hace ser persona quedan muertas, quedan
truncadas. Porque quien me ha creado. ¿Quién me ha hecho a mí? Si
Dios no existe, ¿yo quien soy? Pierdo el contenido más profundo de mí
ser.
La raíz de la palabra persona viene del
griego. Es lo mismo que personaje en una obra teatral. Un personaje en
una obra teatral le dice tu haz de príncipe, tu haz de princesa, tu haz de
guerrero, alguno te da un rolo en la obra teatral. Pero si te han dicho
que no hay obra teatral, no hay ningún dios que te ha creado, tú no tienes
ninguna misión, estamos aquí solos en el universo. Entonces nuestras raíces más
profundas de nuestro ser persona quedan truncadas, reconozco lo que se llama
muerte óntica, óntica significa ser. Una cosa que decía Kierkegaard: la
muerte del ser. Ahora quiero ser, quiero ser para los demás, quiero ser para la
cultura, quiero ser artista, quiero ser para los amigos, y cuando descubres que
no eres para nadie, que no les importas a nadie. Los jóvenes se suicidan como
moscas. Cada 60 segundos se suicida una persona en el mundo. Cuando no eres, no
eres, el hombre intenta ser. Bien
El hombre tiene la muerte dentro. Entonces
Dice la epístola a los hebreos: por el temor que los hombres tienen a la
muerte, están sometidos a la esclavitud del demonio. Bueno Kiko yo no tengo
miedo a la muerte, a la muerte física, la tienes muy lejos. ¿En que se
demuestra que tenemos miedo a la muerte? En que estamos escapando
constantemente del sufrimiento, por el miedo a sufrir el hombre se separa, se
divorcia, mete a los ancianos en los asilos. Qué horror hoy la eutanasia, los
asilos en Europa, una cosa horrible, la gente aborta por no sufrir. Porque se
queda embarazada. Porque le parece horrible en estos momentos, es un sufrimiento,
es una lata, es un follón y aborta. Cuando Dios ha dicho no mataras.
Por el temor que tenemos a la muerte
estamos sometidos a la esclavitud del demonio. Epístola a los hebreos. Palabra
de Dios. Dios no nos dejo en esta situación. La humanidad en guerras, en
odios, en envidias, en adulterios, en fornicaciones sin parar, en violaciones
mataras.. , en robos, en corrupción, no nos dejo así. Todo causa del mismo
problema. No nos dejo así. Sino que envió a su hijo. ¿Para qué? Dice
pues: Así como los hombres participamos de la carne y de la sangre, Cristo
participó de las mismas, tomo nuestra carne. ¿Para qué? Para liberar a
cuantos por temor a la muerte están durante toda la vida sometidos al
demonio. ¿Y cómo nos libera Cristo? quitando al demonio el poder que
tiene sobre la muerte. La epístola de los hebreos dice que el demonio es el
Señor de la muerte, domina sobre todos los cementerios. La muerte domina todo. ¿Y
cómo quita Cristo el poder que tiene sobre la muerte? Venciendo a la muerte.
Cristo ha resucitado! Grita la iglesia: Aleluya. Y la Iglesia de Rusia durante
todo el tiempo pascual dicen: ¡Cristo ha resucitado! Y responde la gente:
Verdaderamente ha resucitado! En ruso: ¡Cristos Vaskres! ¡Bauska
navastre!. ¡Nosotros también podemos decir: Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente
ha resucitado!
Bien, ahora les decimos Cristo ha
resucitado. Un hombre ha vencido la muerte, será verdad, no será verdad. A mí
que me importa que Cristo ha resucitado. ¿Cómo me llega a mí? La victoria de
Cristo sobre la muerte. ¿Cómo me llega a mí? Porque el problema lo tengo
yo, con mi egoísmo, con mis fornicaciones, con mi deseo de tener dinero, o que
no acepto a mi mujer si tuviera casado, etc. ¿Cómo? Pues Cristo me tiene que
quitar la muerte que tengo dentro, ese mi ser persona que está destruido. Allí
donde yo estoy destruido dentro. Cristo tendría que construirme. ¿Y cómo me
construye? Por la predicación. Id y decidle a los hombres que yo he
muerto por ellos, que he resucitado por ellos, que he subido al cielo por
ellos, que intercedo por ellos y que si creen en este amor que les tengo desde
el cielo les enviare el Espíritu Santo.
¿Y qué es el envío del Espíritu
Santo? Por eso estoy muy contento de este aire. ¿Qué es el Espíritu Santo? Pues
dice San Pablo que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro Espíritu, o sea
que tu invitas a un amigo tuyo que ya dejo la iglesia y tal a una catequesis, a
escuchar una predicación. Y mientras está hablando el catequista como estoy
hablando yo. Como es cierto que Cristo ahora mismo está vivo y que está
deseando dar la salvación a los hombres. Ese chico mientras escucha al
catequista recibe dentro el Espíritu Santo. No sabe qué le pasa, mas siente
dentro que cree cuando antes no creía. Porque la fe es un don que viene del
cielo. No es un racionalismo. No es una mentalización. Mirad cuando era ateo,
hubo un momento que tuve una crisis tan fuerte, estaba a punto de matarme,
etc. Que quería creer. Me acuerdo que fui hablar con un cura y lo que me
contaba. Me sembraban pamplinas todo lo que decía el cura, pamplinas, me
parecía todo estupideces. Me di cuenta que no podía creer. Que la fe no
es que uno te explica unas cosas y tú las crees. La fe es un misterio
grandísimo. La fe dice San Pablo no es de todos. Aquellos a que Dios llama a la
fe. La fe la manda Dios. Por eso no podemos juzgar a nadie. Gente que no tenga
fe, no podemos juzgar, no sabemos. Porque no juzgamos a nadie. Pero aquellos
que Dios llama a la fe.
Dice San Pablo que fueron a un sitio,
había mucha gente, predico y solamente Lidia la purpuraría recibió la fe, ella
y toda su casa, el resto no, y se convirtieron. Por eso hermanos no me he
casado, he dejado la pintura si queréis, me he ido a vivir entre los pobres.
Porque llevar el evangelio, llevar el evangelio salva al mundo, porque nos
acompaña un acontecimiento. Porque mientras hablo. ¿Adónde esta Cristo? En el
cielo. Está en el cielo. ¿Y Cristo que hace en el cielo? Intercede por
vosotros. Está deseando entrar en vosotros. Quiere vivir dentro de vosotros.
Porque la Iglesia no son los templos. Somos nosotros el templo. Dios quiere
habitar en el hombre. Es el hombre el templo de Dios. Si el Espíritu Santo
entra dentro de ti, te da testimonio no solamente que tu eres persona, no
solamente que Dios existe y que te ama, sino te dice mas, que eres hijo
de Dios. Esto te lo dice el Espíritu que te da testimonio dentro y te
transformas. Se te enciende la luz dentro. Eres otra persona. Eres una nueva
creación. Ya no robas. Ya no necesitas robar. No necesitas robar. Ya no
necesitas poner toda tu confianza en el dinero. Tú tienes el fundamento de tu
persona en otra cosa, en el amor que Dios te tiene y que ha mostrado en
Jesucristo. Un Espíritu nuevo, su mismo Espíritu, aquel Espíritu con que Cristo
se entrego por los hombres. Este Espíritu esta en ti.
Por eso amaos como yo os he amado. En este
amor conocerá el mundo que sois mis discípulos. ¿Pero realmente has recibido el
Espíritu? Ah. Quien lo haya recibido. Eso hay que demostrarlo. La
iglesia primitiva no daba el bautismo a nadie quien no demostrase que tenía
fe. Sin la fe no se puede dar el Bautismo. ¿Y qué es la Fe? Pues eso. El
Espíritu Santo que se te ha entregado. Que no se te entrega totalmente. Sino
que engendra una nueva creación poco a poco. Un proceso de gestación nueva, de
hombre nuevo. Ya no importa lo viejo, ya habéis podido antes matar,
robar. Ahora eres una nueva creación en Cristo y además como Cristo ha
resucitado de la muerte nos hace participar de su victoria sobre la muerte. Los
cristianos no morimos. Que se mueran los feos. Que se mueran los otros. Los
cristianos no nos morimos. Cristo nos da a participar de su victoria sobre la
muerte. Esto anuncia la Iglesia al mundo: La victoria sobre la muerte. Los
cristianos estamos resucitados con Cristo. Y morir es mejor que vivir. Porque
morir es ir con Cristo. Dice la escritura, dice San Pablo: No se que deseo mas
si vivir para ayudaros o morir que es con mucho lo mejor para irme con Cristo.
Esto es el ABC del cristianismo. Así de simple.
Por eso la obra de la evangelización es
una obra de regeneración social. Estoy contento que esté presente el presidente
de esta nación y los ministros. Estamos regenerando la sociedad, la sociedad.
Hemos ido entre los pobres, a las barracas, y hemos hecho comunidades. Y los
hermanos han sido regenerados por dentro. Se acabaron las rencillas. Antes no
eran ni personas, todo el día borrachos. Nos dijo el alcalde de Lima que habían
querido acabar con las barracas y daban a la gente ladrillos porque vivían en chabolas
miserables de cartones. Pues la gente cogía los ladrillos y los vendía para
comprarse cerveza. Y sin embargo sabéis que nosotros en las comunidades sabéis
que no permitimos que vivan en promiscuidad. Tenéis que vivir
dignamente. Las chicas tienen que tener una habitación, los chicos otras,
la familia tiene que tener una habitación.
La familia cristiana tiene tres
altares: el primer altar es la eucaristía donde Cristo ofrece su vida por
vosotros para alimentar vuestra vida cristiana. El segundo altar es el tálamo
nupcial donde enseñamos a los hermanos la sexualidad cristiana, que es un
sacramento. Les enseñamos a rezar antes de hacer el acto conyugal y tienen que
tener una habitación donde se da la vida a un ser humano. Algo impresionante.
La gente no sabe nada, no sabe nada, son incultos. El tercer altar es
donde se come. Donde Dios te da de comer y tiene que reunirse la familia. Por
eso las comunidades cristianas están salvando la familia en toda Europa,
tenemos el índice más alto de hijos por familia, cinco por familia, más que los
musulmanes. No es que les digamos que tengan hijos. Ellos mismos. Pero
además la familia vive en una comunidad su fe. Cristianos de amor. De nuevo
aparece la luz del mundo. Hay que regenerar socialmente.
Mirad. El nuncio de Cuba, cuando llego a
la Habana, me contaron que lo primero que dijo es que quería reunirse con
los responsables del camino neocatecumenal. Y le dijeron aquí en la Habana no
hay camino, estamos solamente en Santiago porque Fidel Castro no nos ha dejado
entrar. Ahora sí, etc. Y le preguntaron porque pedía usted los responsables
del camino y decía: porque he sido nuncio en muchos lugares de América y
los únicos que no me han robado han sido los del camino. Porque los del camino
no roban.
Pero no roban no porque seamos mejores que
otros, no, es que nuestro yo, tenemos miedo a sufrir y necesitamos
dinero, dinero contra el cáncer. El dinero sujeta el yo de la persona. El yo
humano no tiene nada dentro más que dinero. Si nuestro yo está sujeto a Cristo
que ha vencido la muerte, ya no necesitas del dinero. Por eso en el camino hay
una catequesis sobre el dinero y os invitamos a vender los bienes. Y estáis
libres. A que no seáis miserables dentro, miserables dentro, dinero,
dinero. Cuantas discusiones por dinero. Las familias. Dinero, dinero.
Este seminario cuantos hermanos se han desprendido de sus bienes y la casa que
hemos hecho en el Monte de las Bienaventuranzas en Galilea y tantos seminarios
que hemos hecho: en Brasilia, en Medellín, en Santo domingo. Los hermanos
pobres. Porque casi todas las comunidades son pobres. Hechas en los arrabales,
en las afueras con gente. Les enseñamos a leer, no puede haber
analfabetas en el camino.
Pero el camino no quiere ser un
movimiento, una ayuda a la Iglesia, es la Iglesia Católica, es un carisma que
lleva adelante la renovación del Concilio. Tenemos que preparar estas naciones
porque viene la secularización, viene y hay que hacer cristianos auténticos que
anuncian a los demás la belleza del cristianismo, que Cristo ha venido a
dar a los hombres vida y Vida Eterna.
Rezad por mí.
Kiko Argüello
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