domingo, 22 de diciembre de 2013

U.N.I

  Si tuviera el poder de congelar un momento en el tiempo y que durara para siempre… entonces no valdría nada. Seamos sinceros, lo bueno pasa rápido. Pero lo apreciamos más. Como cuando alguien vuelve tras un largo viaje y le suplicas que no vuelva a irse jamás. Agarrados a frágiles consuelos de que la distancia es una prueba para ver hasta dónde puede llegar el amor pasan los días. Perdiéndome el presente, mi alrededor, mis amigos y mi familia. No, nunca más. Desde hoy voy a disfrutar esta vida con lo que venga en cada momento, con quien tengo a mi lado; todos aquellos que se desviven por sacarme una sonrisa cuando me como la cabeza y me preocupo por cosas que no llego a controlar. Pero cuando vuelvas, estaré aquí esperándote por que un día decidí que eras ESA personas. Y hará falta mucho más que un puñado de kilómetros para quitarme esa idea de la cabeza.

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