miércoles, 26 de diciembre de 2012

Diecisiete



Siempre quise ser la princesa valiente que se 
comería el mundo gramo a gramo hasta que un día llegaste tú y desde entonces simplemente quiero ser aquello en lo que pienses cada mañana y cada noche porque yo te recuerdo siempre… siempre. Ahora sé que te quiero por la sencilla razón de que he visto cómo he hecho cosas por ti que nunca había hecho por nadie, ni siquiera por mí. Ahora sé que te quiero porque solo cuando estoy contigo soy completamente feliz. Cuando no estás aquí, me falta una parte de mí. No sé si sabes pequeño que eres muy grande y vales mucho. Te quiero por lo que eres, no por lo que posees ni por lo que puedes llegar a conseguir. Te miró y me derrito. En tus ojos se refleja el mundo. Porque tu ojos son sinceros, profundos… son preciosos.
Y esto es la verdad. Y me da miedo pensar qué haría yo si te perdiese, si algún día me faltaras. Sencillamente, me moriría, porque prefiero estar muerta a vivir sin ti. Esto no son promesas de amor, esto es realmente lo que siento. Hay cosas que ni yo llego a comprender. Y muchas veces me pregunto por qué hago esto que estoy haciendo. Por qué razón estoy esperando día a día un milagro que destruya todo lo que nos separa. Pero el interrogante desaparece cuando te veo y recuerdo por lo que estoy luchando, lucho por ti. Por tu sonrisa, por tus ojos, porque siempre permanezcas aquí, cerca de mi. 

Y recuérdame cuando no estoy, y pregunta por mi si me marcho. Sé que cuando te necesite estarás allí como tú también sabes que yo estaré allí cuando me necesites. Estaré allí a tu lado, en lo bueno y en lo malo. Tengo miedo del futuro y de lo que vendrá mañana porque nunca sabré cuando será el último segundo que pase a tu lado, por eso disfruto cada vez que te veo de tu sonrisa que me hace grande. Y sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras porque también somos amigos. El amor no tiene que suplantar a la amistad. Y que esa complicidad que siempre ha existido entra nosotros no se rompa. 
Si supieras cuanto te quiero… Pero no lo sabes. Mis palabras son insuficientes y mis acciones también ¿Cómo demostrarte mi amor? ¿Cómo tener valor para mirarte a los ojos y decirte que te quiero? No te merezco. No merezco sus abrazos, ni tus besos, ni tus caricias. Ni siquiera tus defectos y manías. Y sin embargo tú me has elegido a mí. ¿Por qué? Me considero una persona completamente común. Sin embargo tú me haces sentirme especial. Ahora siento que no puedo concebir la vida sin ti. Sin sentirte a mi lado en cada batalla de la vida. En la negro y en lo blanco. En compañía y en soledad.
Si supieras lo importante que eres para mi… Pero no lo sabes. Y no sé cómo decírtelo para que me creas. No puedo, no sé… Enséñame a quererte como tú me quieres. Enséñame a demostrarte que si callo es para observarte en silencio, si río es para hacerte feliz.Y no, no soy buena poeta,  ni tampoco una brillante escritora, ni mucho menos filósofa. Soy una enamorada, una caminante que en silencio hace camino al andar y deja su huellas atrás para así poder volver y así poderte encontrar. Una soñadora que de noche, vive lo que hará de día y de día sueña lo que hará de noche. Un amiga de las buenas, de las que fallan y vuelven, de las que no te abandonan. De las que pase lo que pase están ahí.
Una persona estupenda que se enamora, que sueña, que llora, que siente, que piensa, que ríe, que duda y tropieza. Y se vuelve a levantar y se vuelve a enamorar. 
No me queda mucho espacio, pero es que es tanto lo que te quiero que ninguna palabra es suficiente para explicarlo. No me pidas más razones pues en el amor no existe la lógica. Y sé que leerás esto pensando en mí en cada palabra, porque cada palabra está escrita para ti.




No cambies nunca, repito nunca. Eres lo más grande que me ha pasado jamás. Para ti, que has sabido conquistar a esta pequeña revolucionaria. Desde algún rinconcito de mi estúpida sonrisa, de la que eres el causante, tan solo me queda por recordarte que
Te quiero

lunes, 10 de diciembre de 2012

Mi estúpida sonrisa

Después de mil abrazos, cien lágrimas; después de un millón de sonrisas e infinitos recuerdos... Ahora me planto delante de mi vida para hacer una balance de lo que he llegado a ser hoy dejando tras de mi un sendero de decepciones, sueños rotos y alguna que otra locura.
Me gustaría recordar en especial lo que han sido para mi estos cinco últimos años desde aquel mayo del año 2007. He cambiado tanto... Aunque para algunos yo siga siendo la misma niña rubia de ojos verdes. Pues bien, la niña ha aprendido a volar, a luchar y a no rendirse nunca. Pero no lo ha aprendido sola.
En estos últimos años han pasado por mi vida cientos de miradas; de mentiras y verdades; de amigos y enemigos; de héroes, príncipes y princesas. Os hablaría de cada uno de ellos. De la manera en que cada uno ha dejado en mi un granito de arena que me ha ayudado a crear el castillo de mis sueños.
Desde luego mentiría si dijera que estos últimos años han sido perfectos. Peros siempre tuve a mi lado un hombro en el que llorar y acabé encontrando en los que más me hacían feliz una razón para seguir luchando.
Siempre me ha gustado ver la vida como un viaje en el que nosotros podemos elegir el destino. Y lo mejor de un viaje es que puedes compartirlo para hacerlo valioso, inmenso, precioso...
Admito que algo en mi no ha cambiado desde entonces y es que yo sigo amando las palabras y me duele inmensamente cuando siento que me abandonan.
Sí, por encima de todo soy escritora y eso me ha traído alguna que otra decepción. Ahora tengo un nuevo concepto sobre la amistad, la lealtad, el amor, la confianza... He descubierto que la palabra perfección no existe. Que la amistad es tragarse el orgullo, proteger, escuchar y comprender. He aprendido que lo más valioso del mundo es cuando el amor es correspondido y sobre todo he aprendido que la vida será siempre todo lo increíble que yo sea capáz de verla. Que solamente aquel que arriesga gana. Que un día feliz empieza en ti...
Y he aprendido que son estás, las pequeñas cosas de la vida la causa de mi estúpida sonrisa:)
Hasta otro de mis arranques de inspiración, sed felices mis pequeños filósofos.